

Reseña de El Tiempo, 12 de julio 1998
Cada semana, dos personajes de la vida nacional pasan por su pluma, como en un ejercicio de vidas paralelas que ha provocado toda suerte de reacciones: desde amores inesperados de bellas que quedan definitivamente agradecidas, hasta odios disfrazados de muchas bestias que así quedaron registradas.
Editorial Espasa acaba de recoger en un libro buena parte de las columnas que ha escrito Collazos en los últimos años. El título no podría ser otro: La bella y la bestia.
Su autor explica la filosofía que reposa detrás de su columna, y revela algunas anécdotas que ha vivido y sufrido por cuenta de sus atrevidos textos dominicales.
Qué es una bella? Una mujer admirable, con una belleza de adentro hacia afuera. Por eso bestialicé a bellas que lo eran solo por fuera.
Hay bellos? Los hay en la medida en que son bestias admirables.
Qué es una bestia? En principio es un animal humano relativamente repugnante, objeto de antipatías y víctima de una ironía implacable.
Pero en sus columnas también hay bellas abominables…
Son esas bellas Kleenex, mediáticas, superficiales, light, del mundo del espectáculo o del alto mundo de la política… y se parecen en algo: ambas podrían ser perfectamente desechables.
Usted es bello o bestia? Tengo un poco de ambas. En esta columna representaría al andrógino. Para mí, no tengo nada de repugnante. Pero para muchos puedo ser una bestia. En mi espejo solo me encuentro bestialmente irónico.
Cuáles son las más bellas de su historia? Mi encuentro en enero de 1971, en la embajada de Cuba en Estocolmo, con Liv Ullman. Una breve entrevista en Cannes, en 1982, con Mónica Vitti. La visión fugaz de Sharon Stone en el aeropuerto de Madrid. Un cierto cosquilleo en el bajo vientre que me produjo ver en Cannes, en la borda de un yate, a Natassia Kinski.
Y las más bestias con las que se ha encontrado? He contado con la fortuna de no tener cerca a grandes bestias repulsivas. Pero sí me las he encontrado en el bestiario nacional: sobre todo en el bestiario de la política.
Decían que Colombia era un país de poetas. Lo es, ahora, de bestias, a juzgar por su columna? Es un país de bestias con diferentes niveles en el gran zoológico nacional. Hay bestias atemorizantes que merecerían estar enjauladas, pero que, desafortunadamente, en este país de impunidad generalizada, tienen la llave para escapar. Pero resulta fascinante contrastarlas con las buenas bestias, que las hay sobre todo en el mundo de la creación artística e incluso una que otra en la política. Por mi columna han desfilado bestias maravillosas como Carlos Vives, Rogelio Salmona, Santiago García y el Tino Asprilla. Y bestias femeninas, modelo de integridad, de trabajo y de creatividad, como Fanny Mikey.
Cómo sobrevivir cuando el panorama se vuelve bestial? Con el ingenio y la dignidad. El ingenio para tener el látigo del domador de leones y alejar a la bestia con su ferocidad, y la dignidad para no involucrarse en el mundo de ellas.
Su columna le ha generado dolores de cabeza? Más bien, ciertos temores de represalias. Por eso, escribo la columna con el Código de Procedimiento Penal en la mano, para llevar la crítica hasta los límites de lo que podría ser injurioso o calumnioso. Lo que me ha generado es muchas antipatías, pero siempre me ha gustado estar en el filo de la controversia.
Es más difícil encontrar bellas o encontrar bestias? Por desgracia, es más difícil encontrar bellas. La baraja la analizo en el baño, los viernes en la mañana, y es maravilloso cuando alguna bella me pide entrar a la ducha. Debo confesar que a mi ducha han entrado bellas como Angie Cepeda, Margarita Rosa de Francisco, Amparo Grisales y Sofía Vergara, y me he sentido con la agradable satisfacción de tener un harén.
También han entrado bestias? Han entrado bestias que me producen rasquiña y me hacen dar ganas de bañarme con detergente… es que debe ser muy desagradable ducharse con Guerra Tulena, con David Turbay, con Martha Catalina Daniels o con Carlos Alonso Lucio.